Ser árbitro, cocinero, entrenador o torero (por poner algunos ejemplos) son trabajos que están especialmente indicados para ser “opinables”, es decir, todo el mundo se siente con la libertad de juzgar sobre la labor del que los realiza. Pero en el caso de que les propongas que sean ellos los que asuman la responsabilidad, que sean árbitros en ese partido tan complicado, cocinen ese arroz al que ponían tantas pegas, den unos muletazos a ese toro al que el torero no se arrimaba …. entonces, les comienza a subir el ritmo cardíaco, les vienen a la cabeza mil excusas y ya no encuentran el momento para dar el salto y asumir la responsabilidad que tanto pedían.
Todos hemos visto durante las últimas temporadas como la incorporación al arbitraje “activo” de los chicos y chicas que acaban de terminar el cursillo que los habilita como tales, se realiza de la mano de un compañero veterano que realiza las labores de “tutor” durante sus primeros partidos para asegurarles que la entrada ese mundo tan complejo será lo menos traumática posible. Ese sistema tiene un lado bueno y otro malo. Está claro que el aspecto positivo es que se les permite un rodaje inicial para que se sientan seguros en la pista y afiancen las rutinas básicas de los partidos. El aspecto negativo es que, una vez superada esta fase inicial, es posible que se amolden a la figura del veterano y no desarrollen todo su potencial, es decir, no aprendan. Y aprender, no hay que olvidarlo, se hace de la experiencia propia, no ajena.
Ya metidos en un partido, nos olvidamos que el baloncesto está compuesto por muchas partes que tienen que engranar bien entre sí para que funcione. Si concebimos las categorías inferiores de nuestro deporte como niveles de formación, ¿por qué no concedemos también esta calificación para los árbitros?
Los árbitros no “nacen” con 10 o 15 años de experiencia, con nivel FIBA, con 10.000 horas de vuelo. Al principio son iguales que nuestros jugadores. Con suerte serán ex-jugadores y eso les dará una formación de base a muchos y a otros una deformación que habrá que rectificar. Hay que educarlos y entrenarlos y eso se hace con tiempo y en las pistas de juego, con partidos y con situaciones reales. Es cierto que esta formación puede provocar que algunos arbitrajes no sean del nivel que todos desearíamos pero, ¿no fuimos aprendices en nuestro trabajo alguna vez? ¿No tuvimos nuestro “primer día”? ¿No se merecen ellos la misma oportunidad que nos dieron a nosotros?
sábado, 20 de noviembre de 2010
lunes, 8 de noviembre de 2010
SIETE MITOS DEL BALONCESTO
1.- Un defensa tiene que estar totalmente quieto para que un jugador en ofensiva le cometa falta. Realidad: Una vez que un defensa ha conseguido la posición defensiva, el defensa puede moverse para mantener esa posición defensiva y hasta puede tener uno o ambos pies fuera del piso cuando hay contacto físico con el jugador en ofensiva. El jugador en defensa ha ganado la posición cuando tiene ambos pies en el piso y está de frente al jugador en ofensiva. Esto aplica al jugador en defensa que está defendiendo el manejo.
2.-Un bote que pase por arriba de la cabeza del jugador que está dominando el balón es una violación. Realidad: No hay una restricción sobre que tan alto puede rebotar el balón, siempre y cuando el mismo no sea sostenido en la mano del jugador.
3.-“Meter un Manotazo” es falta. Realidad: Intentar robar el balón no es falta. Este término no forma parte de ningún reglamento. ¿Por qué? Porque debe haber contacto para que haya falta. La acción de “meter un manotazo” no es nada. Si ocurre contacto, es una falta por agarrar o empujar.
4.-“Sobre la Espalda” es una falta. Realidad: Parecido al mito de “meter un manotazo”, tiene que haber contacto para que sea falta. Los entrenadores piden que se cobre falta “sobre la espalda” cuando uno de sus jugadores ha ganado la posición en el rebote y un rival más alto le roba el balón desde atrás. Penalice el contacto ilegal, no penalice al rival por ser más alto.
5.-Si parece gracioso, debe haber “caminado”. Realidad: La falta por caminar es una de las menos entendidas en el básquetbol. Uno de los principios básicos es que un jugador no puede “caminar” a menos que tenga posesión del balón. Si usted identifica inmediatamente el pie con el cual el jugador pivotea cuando recibe el balón, está en buen camino para juzgar correctamente si caminó o no.
6.-Después que un jugador haya levantado el “bote” y pierde del balón, ese jugador no puede recuperarla sin cometer una violación. Realidad: El dominio del balón termina cuando el jugador agarra el balón con ambas manos o toca simultáneamente el balón con ambas manos. Una “perdida” es cuando el jugador pierde accidentalmente el control del balón y el mismo cae al piso o se le va de las manos. En ese caso es legal recuperar el balón. Las reglas no penalizan la falta de coordinación.
7.-Los árbitros no deben cobrar faltas que decidan el resultado del juego. Realidad: Los árbitros no cobran faltas que deciden el resultado del partido. Los jugadores cometen faltas o violaciones; los árbitros sólo las observan y luego juzgan la acción aplicando las reglas del juego que han aprendido. El reglamento luego determina la falta. Los árbitros no deciden el resultado del juego, los jugadores lo hacen. Si la regla resulta en la falta que determina el ganador del juego, esas son las reglas de la vida. Pregúntese a usted mismo: Si lo hubiera cobrado en el segundo cuarto, ¿por qué no cobrarlo al final del juego? Usted es favorable para el juego cuando es consistente desde el comienzo al final del juego.
2.-Un bote que pase por arriba de la cabeza del jugador que está dominando el balón es una violación. Realidad: No hay una restricción sobre que tan alto puede rebotar el balón, siempre y cuando el mismo no sea sostenido en la mano del jugador.
3.-“Meter un Manotazo” es falta. Realidad: Intentar robar el balón no es falta. Este término no forma parte de ningún reglamento. ¿Por qué? Porque debe haber contacto para que haya falta. La acción de “meter un manotazo” no es nada. Si ocurre contacto, es una falta por agarrar o empujar.
4.-“Sobre la Espalda” es una falta. Realidad: Parecido al mito de “meter un manotazo”, tiene que haber contacto para que sea falta. Los entrenadores piden que se cobre falta “sobre la espalda” cuando uno de sus jugadores ha ganado la posición en el rebote y un rival más alto le roba el balón desde atrás. Penalice el contacto ilegal, no penalice al rival por ser más alto.
5.-Si parece gracioso, debe haber “caminado”. Realidad: La falta por caminar es una de las menos entendidas en el básquetbol. Uno de los principios básicos es que un jugador no puede “caminar” a menos que tenga posesión del balón. Si usted identifica inmediatamente el pie con el cual el jugador pivotea cuando recibe el balón, está en buen camino para juzgar correctamente si caminó o no.
6.-Después que un jugador haya levantado el “bote” y pierde del balón, ese jugador no puede recuperarla sin cometer una violación. Realidad: El dominio del balón termina cuando el jugador agarra el balón con ambas manos o toca simultáneamente el balón con ambas manos. Una “perdida” es cuando el jugador pierde accidentalmente el control del balón y el mismo cae al piso o se le va de las manos. En ese caso es legal recuperar el balón. Las reglas no penalizan la falta de coordinación.
7.-Los árbitros no deben cobrar faltas que decidan el resultado del juego. Realidad: Los árbitros no cobran faltas que deciden el resultado del partido. Los jugadores cometen faltas o violaciones; los árbitros sólo las observan y luego juzgan la acción aplicando las reglas del juego que han aprendido. El reglamento luego determina la falta. Los árbitros no deciden el resultado del juego, los jugadores lo hacen. Si la regla resulta en la falta que determina el ganador del juego, esas son las reglas de la vida. Pregúntese a usted mismo: Si lo hubiera cobrado en el segundo cuarto, ¿por qué no cobrarlo al final del juego? Usted es favorable para el juego cuando es consistente desde el comienzo al final del juego.
ESTIMADO ÁRBITRO
Usted ha tomado una gran responsabilidad al aceptar ser árbitro de básquetbol. Si lo hace de buena manera, será una de las actividades más gratificantes de su vida.
El arbitraje es una vocación noble y un desafío muy grande. Hay un principio básico que lo separa a usted del resto de los participantes: ¡A usted no le interesa quien gane! Muchas de las personas involucradas en el deporte – entrenadores, jugadores y padres – tienen dificultades para entender ésto.
Ningún partido podría jugarse a su máximo nivel sin el trabajo de hombres y mujeres, niños y niñas, que arbitran los partidos. En realidad, ustedes son los encargados de mantener vivo el espíritu y las reglas del juego.
La meta es ganarse el respeto de los jugadores y entrenadores. Hay una gran diferencia entre respeto y popularidad. El respeto es más difícil de lograr pero tiene un significado mucho mayor.
Muchas veces durante un partido usted tendrá que ocupar el papel de policía, juez, psicólogo, consejero, profesor o mentor. Deberá escuchar las sugerencias de los participantes pero al mismo tiempo tomar duras decisiones.
El arbitraje deja cualidades que duran toda la vida. Uno aprende a reaccionar bajo presión, controlar situaciones muy emotivas, comunicar mensajes efectivamente y ser puntual, entre otras cosas. Además, estas son cualidades que podrá aplicar en su casa, el trabajo o cualquier otro lado.
Use esta Guía del Árbitro como una herramienta. En ella encontrará todo tipo de consejos y técnicas para hacer un buen trabajo con igualdad y seguridad.
SINCERAMENTE
El arbitraje es una vocación noble y un desafío muy grande. Hay un principio básico que lo separa a usted del resto de los participantes: ¡A usted no le interesa quien gane! Muchas de las personas involucradas en el deporte – entrenadores, jugadores y padres – tienen dificultades para entender ésto.
Ningún partido podría jugarse a su máximo nivel sin el trabajo de hombres y mujeres, niños y niñas, que arbitran los partidos. En realidad, ustedes son los encargados de mantener vivo el espíritu y las reglas del juego.
La meta es ganarse el respeto de los jugadores y entrenadores. Hay una gran diferencia entre respeto y popularidad. El respeto es más difícil de lograr pero tiene un significado mucho mayor.
Muchas veces durante un partido usted tendrá que ocupar el papel de policía, juez, psicólogo, consejero, profesor o mentor. Deberá escuchar las sugerencias de los participantes pero al mismo tiempo tomar duras decisiones.
El arbitraje deja cualidades que duran toda la vida. Uno aprende a reaccionar bajo presión, controlar situaciones muy emotivas, comunicar mensajes efectivamente y ser puntual, entre otras cosas. Además, estas son cualidades que podrá aplicar en su casa, el trabajo o cualquier otro lado.
Use esta Guía del Árbitro como una herramienta. En ella encontrará todo tipo de consejos y técnicas para hacer un buen trabajo con igualdad y seguridad.
SINCERAMENTE
ARBITRO WNBA LISA MATIINGLY |
DANY CRAWFORD ÁRBITRO NBA |
miércoles, 3 de noviembre de 2010
TRAYECTORIA DEL BALÓN
El árbitro seguidor es el principal responsable de la trayectoria del balón. Debe determinar si el balón ha entrado en la canasta señalándolo a la mesa de oficiales. El árbitro lider se centra en las situaciones lejos del balón.
Sin embargo, es siempre el árbitro que sanciona la falta (lider o seguidor) quien decide si un gol es válido.
Independientemente de qué árbitro haya sancionado una falta, es fundamental que el árbitro seguidor observe la trayectoria del balón hacia la canasta, así como a los jugadores implicados en la falta.
El equipo que ha conseguido una canasta no debe retrasar el juego impidiendo que se realice el saque con rapidez. Ningún jugador de ese equipo tiene por qué tocar el balón. Sólo se avisará una vez al equipo y, en algunos casos, se puede sancionar una falta técnica en la primera ocasión en que se produzca este hecho.
Sin embargo, es siempre el árbitro que sanciona la falta (lider o seguidor) quien decide si un gol es válido.
Independientemente de qué árbitro haya sancionado una falta, es fundamental que el árbitro seguidor observe la trayectoria del balón hacia la canasta, así como a los jugadores implicados en la falta.
El equipo que ha conseguido una canasta no debe retrasar el juego impidiendo que se realice el saque con rapidez. Ningún jugador de ese equipo tiene por qué tocar el balón. Sólo se avisará una vez al equipo y, en algunos casos, se puede sancionar una falta técnica en la primera ocasión en que se produzca este hecho.
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